Sonreía porque entendí que era feliz.
Porque a
veces me olvido de ser feliz.
Porque a
veces sonrió y no siento nada.
Porque a
veces me olvido de quien soy.
Porque a veces simplemente existo.
Porque a
veces es necesario saber que puedes ser feliz.
Y sonreía porque
me sentía feliz, el corazón me palpitaba fuertemente, sentía ganas de llorar
eran lagrimas que brotarían repletas de felicidad.
Miraba alrededor
todo parecía irreal, mis manos me temblaban, y sentía como mis piernas
tambaleaban, era una sensación inexplicable. Sentía de todo y menos de nada.
Sentía ganas
de saltar, correr, abrazar a todos, y repartir besos… Mi sonrisa se saldría de entre medio de mis
nudillos que adornaba mis mejillas regordetas, pero allí estaba inmóvil reteniendo
tanta alegría, sintiéndome tan viva y sobre todo tan feliz.
Porque cuando
te sientes feliz, el alma se sale del cuerpo y baila al son del viento.
Porque cuando
te sientes feliz, eres imparable, disfrutas de todo y te sientes a pleno.
Porque cuando
te sientes feliz, el sol brilla mas, y los pajarillos cantan como ruiseñor.
Porque cuando
te sientes feliz, te sientes amada por todos, y la vida te sonríe en cada pétalo
de flor.
Porque cuando
te sientes feliz, aprecias cada segundo
de la vida.
Porque cuando
te sientes feliz, dejas atrás las tristezas,
y las penas se hacen nada.
Porque cuanto
te sientes feliz, vuelves, retornas! Otra
vez eres tú, otra vez eres feliz.
Bueno, canto a la felicidad, que se prolongue en ti por siempre.
ResponderEliminarSaludos.