Y encontraras a Dios...
El sol irradiaba, el aire fresco frotaba mis mejillas regordetas...
Salí muy temprano por la mañana el sol aun no resplandecía
con todo su poder! Las aves ya revoleteaban de un lado para el otro, despertándose
así unos con otros. El roció ya se podía sentir, el aire tenía un toque fresco
y placentero.
Mire a mí alrededor y observe un árbol inmenso que se movía al
son del viento, tal vez bailaba porque sería un hermoso día, pensé. Respire profundamente
y me sentí el ser más feliz de este mundo, todo era tan perfecto. La vida misma
lo era, solo tenía que aprender a mirar la vida desde una forma alucinante, amando todo
lo que tenía, que era mucho.
Mire al cielo y encontré una nube que tenía la
forma de unas manos, acaso eran las manos de Dios?me pregunte.
Mi corazón se conmovió
intensamente y sentí un nudo en la garganta que me oprimía el corazón, eran mis
sentimientos emocionados por tanta grandeza, gracias, gracias mi Dios repetí
varias veces dentro de mí. La vida que Dios me había regalado era tan
preciosa pero yo estaba tan ocupada con
mis cosas, que me había olvidado de la majestuosidad de todo lo que me rodeaba.
Me sentía eufórica, no podía dejar de sonreír, había dado un
giro a mi vida, había entendido la mano divina que me sostenía cada día, había entendido
que estaba agarrada de su mano, y no me quería soltar, su cuidado y amor lo era
todo. De su lado solo existía el amor y la felicidad y me estaba perdiendo de
todo eso.
Mire, moviendo la cabeza lentamente y sintiendo dentro de mi
un sinfín de emociones…..
Era todo tan
maravilloso…
Y encontrarás a Dios, en el momento en que admires su
majestuosidad, y pongas tu mirada en su divina creación, te des cuenta de las
diversas formas de las nubes, el color azul del cielo tan impresionante, el
rayo del sol que ilumina cada espacio.
Y encontrarás a Dios, en las aves que vuelan tan alto con
tanta fuerza, con tanta fortaleza, las mismas flores de todos colores te
demostraran cada precioso detalle de su esencia.
Y encontrarás a Dios, en el eco de la naturaleza que grita a
mil voces lo que te rehúsas a oír, suenan mil voces queriendo atrapar nuestra atención,
pero estamos tan sordos que evadimos tanta majestuosidad.
Y encontrarás a Dios, en la fuerza que te nace cuando ya no
tienes aliento para nada, cuando tu única opción es pedir de su ayuda, no lo
dudes porque él te sostendrá con sus manos de amor.
Y encontrarás a Dios, en tu misma esencia, en tus mismos
pensamientos, en tus mismos latidos, en tu mismo Yo, ahí lo encontraras
palpitando de amor, e incansablemente siendo el guardián de tu vida.
Y encontrarás a Dios, en tu misma vida, en tu mismo ser.
Qué optimismo y celebración de la vida!! Bases imprescindibles para los nuevos proyectos...Saludos y adelante!
ResponderEliminarGracias Beltazar. Abrazos..
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